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En toda relación de pareja no hay dos sino tres personas.

 

Antes de que te preocupes y creas que estamos aconsejando los ménages à trois, permítenos explicarnos: toda pareja está integrada por un TÚ, un YO y unos NOSOTROS.

El TÚ es él, el YO eres tú y los NOSOTROS son ustedes 😉

¿Suena complicado? Vamos por partes.

TÚ y YO no acabamos de nacer

Cuando comienzas una relación de pareja, llevas contigo todo lo que eres:

tus sueños, tus intereses, tu círculo de relaciones personales, tu familia, tus características, tu pasado, tu sistema de preferencias sexuales, tu patrones, tus características de personalidad, tu proyecto de vida, tus relaciones pasadas, tu espiritualidad…

Lo mismo sucede con tu compañero: llega a la relación con lo bueno y lo malo que ha vivido y que hace parte de su personalidad.

Trae a la relación todo, y me refiero a toooodo, lo que es.

Desde el comienzo es necesario que tú y él sean conscientes de ello. Es indispensable respetar lo que es el otro, lo que trae.

El comienzo de la relación es el tiempo para ver si lo que trae y lo que es el otro (TÚ) pueden ser compatibles con lo que tú (YO) eres y quieres, con lo fundamental de tu ser, de tu plan de vida, de tus expectativas y creencias.

Como te contamos en otra entrada, durante ese periodo también puedes descubrir si esa persona y esa nueva relación van a llevarte a repetir los errores de tus relaciones pasadas y van a reforzar tus patrones.

Si durante esta etapa de descubrimiento ves algo en tu compañero que definitivamente no sea compatible con lo que tú quieres en una pareja, lo mejor es que pienses bien si vale la pena continuar desarrollando la relación.

Ten claro que el otro no va a cambiar porque tú se lo pides o porque tú lo desees.

 

Cambiar al TÚ es una misión imposible

Uno no puede cambiar al otro.

Es posible que en respuesta a tus solicitudes y a tu presión, el otro haga cambios circunstanciales y superficiales pero no permanentes.

La gente modifica su conducta solo cuando entiende y se convence a sí misma del beneficio de ese cambio.

Los cambios se originan en el autoconocimiento.

Una persona puede hacer algunos cambios bajo la amenaza, por ejemplo, de ser abandonada. Pero, después de algún tiempo, seguramente volverá a sus comportamientos y hábitos de siempre. Los cambios no van a durar.

No olvides que las personas no cambian por una motivación externa (una solicitud de otra persona) sino internas (un deseo propio).

Si los cambios se han hecho por darle gusto a alguien, tarde o temprano volverán a aparecer las características negativas… y no vendrán solas.

Cuando las expectativas que tienes de que el otro cambie no se cumplan, empezarás a ver todo lo que te molesta de la otra persona, incluso algunas características que antes no notabas.

El sesgo negativo hace que veas todas las sombras del otro y desconozcas sus luces.

El resultado de esta frustración es una insatisfacción creciente que genera conflictos cada vez más frecuentes y cada vez más intensos.

En caso de que una relación llegue a ese punto, puede suceder una de dos cosas:

Si lo que te molesta hace parte de lo que no estás dispuesto a negociar o a aceptar, normalmente la relación termina.Aceptas lo que te molesta y continúas desarrollando tu pareja, identificando las fortalezas del otro y de la relación.

Si lo que te molesta es algo que va en contra de ti misma, de lo que crees y quieres profundamente, de tus no negociables, te separas.

Otra opción es aceptar aquello que te molesta y negociar hasta donde sea posible.

Una causa frecuente de consulta es la diferencia de creencias religiosas o espirituales.

Es frecuente que lleguen parejas en las que uno de los dos quiere que el otro lo acompañe a misa. Si el otro no quiere, el primero comienza a presionar. Pero, como eso es algo que va en contra de las creencias y de los deseos del otro, comienzan las peleas.

Presionar a alguien, aún con las mejores intenciones, a que haga algo que no quiere hacer no solo no produce los efectos deseados sino que puede ser contraproducente.

En este ejemplo, vale la pena que te preguntes: ¿es fundamental ir a misa? ¿no hay fortalezas en la relación que compensen esa diferencia de creencias espirituales?

Y ahora somos NOSOTROS

La tercera persona de una relación es NOSOTROS. NOSOTROS empieza a existir cuando las dos voluntades, la tuya y la suya, se encuentran y deciden estar juntos.

La relación (NOSOTROS) tiene cuatro bases, cuatro componentes que la hacen funcionar:

Un proyecto comúnAfecto o amorComunicación (que permite que TÚ y YO negociemos)Erotismo y sexualidad

Si viéramos a la relación como una mesa, estos cuatro componentes serían las patas de la mesa. La superficie de la mesa es la que recibe directamente la carga.

Si las patas son fuertes, la mesa soporta la carga: quiebras, temas sexuales, enfermedades…

Si los cuatro componentes son fuertes, la relación sobrevive a estas pruebas.

Los proyectos son visiones de la vida

El proyecto común es importante porque en él se encuentran los proyectos individuales del YO y del TÚ.

Cuando hay un NOSOTROS, esos proyectos se vuelven uno solo.

Si los proyectos individuales van en direcciones opuestas y no se encuentran, aparece el conflicto. Si son irreconciliables, la relación se acaba.

Si los proyectos de cada uno van en la misma dirección, las posibilidades de que la relación sea exitosa son altos.

El afecto se traduce en cuidado

Cada quien debe quererse y cuidarse individualmente pero también debe cuidar al NOSOTROS.

NOSOTROS es la más frágil de las tres personas. Es la que más cuidado y afecto requiere.

La relación de pareja nace y se mantiene por una decisión. Las otras relaciones personales (hijos, padres, hermanos) son permanentes.

Después de la etapa de enamoramiento, el amor y la permanencia de la relación se convierten en una decisión.

Hay que cultivarla y cuidarla permanentemente. Es una relación desafiante, que enfrenta problemas continuamente y atraviesa crisis frecuentemente.

Por eso mismo, si a los problemas normales de una relación le sumas el querer cambiar al otro las probabilidades de que la relación fracase aumentan.

Comuníquense y sobrevivirán

La comunicación es fundamental porque con ella se negocia y se expresa lo que siente cada uno.

Comunicarse con el otro es la clave para llegar a acuerdos, para expresar y para discutir.

El erotismo y la sexualidad son tan importantes que los trataremos en otra entrada 😉

***

Para que el NOSOTROS funcione es necesario aceptar y respetar las diferencias de TÚ y de YO, y el reconocimiento de las fortalezas del otro.

A cada una de las 3 personas hay que invertirle tiempo y recursos, a las tres hay que permitirles ser, que cada una crezca y se desarrolle en sus diferentes áreas.

Cada persona debe tener sus espacios y sus tiempos. Si el TÚ y el YO se fortalecen, el NOSOTROS va a estar bien.

Hay que alimentar y permitir ser y crecer a cada una de las tres personas.

No sirve trabajar solo en el TÚ y en el YO.

Te invitamos a que nos cuentes si has estado en una relación en la que te has concentrado tanto en NOSOTROS que has terminado olvidándote del YO.

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Acerca del Autor

LORENA POLANÍA PÉREZPsicóloga Clínica. Terapeuta de pareja.Coautora del Libro “Dos para Ser Felices” Editorial Grijalbo.

Más Información:info@polperpsicologia.comTel: +57 300 217 5207

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