Muchas veces te puedes ver envuelta en un amor que te atormenta, que crees real y que, a pesar de que te lastima, te ves envuelta en la trampa de sentirte “amada” o necesitada por otro… eso no es más que un amor tóxico. Un amor tóxico es un amor que puede ir en contra de ti misma. Los amores son tóxicos cuando hay ciertas características de la personalidad del otro que pueden hacerte daño. Hay ciertos rasgos que son tan nocivos que pueden lastimarte a ti y a los dos (dañan al YO y al NOSOTROS). A ti te puede desequilibrar, al otro lo va a lesionar y a la relación la va a ahogar hasta matarla. En esta entrada hablamos de dos tipos de amores tóxicos: los celotípicos y los neuróticos.

Los celotípicos

Este tipo de parejas son las que se dedican a buscar evidencias de que les has sido o les eres infiel. Él tiene el delirio de que lo van a engañar, vive sospechando permanentemente. Las relaciones marcadas por los celos excesivos son amores tóxicos porque te hacen daño. También le hacen daño al poseedor de la sospecha: quien está buscando permanentemente evidencias del engaño seguramente terminará encontrado indicios que le hagan pensar que algo está sucediendo. Estas relaciones son “amores de detectives”, en los que el otro está buscando constantemente pruebas, evidencias, indicios de infidelidad. Normalmente, el celoso siente un miedo inmenso de ser abandonado. Este temor al abandono es consecuencia de una baja autoestima.

¿Qué puedes hacer para enfrentar una relación celotípica?

Bueno, nuestro primer consejo es que si identificas temprano en la relación que el otro es un celotípico lo mejor es que te des media vuelta y te alejes de esa relación tan rápido como puedas. Sin embargo, la mayoría de los celotípicos son sigilosos en el inicio de la relación. Solo después de que la relación está consolidada, cuando sienten que tú estás comprometida emocionalmente con la relación, comienzan inconscientemente a mostrar sus inseguridades y a manifestar sus celos. La persona que sufre de estos celos excesivos necesita una terapia psicológica que le permita entender por qué se producen y qué es lo que le genera la inseguridad y la angustia de ser abandonada. Como muchos de nuestros comportamientos, el origen de los celos excesivos puede estar en las experiencias que tuvimos cuando niños o durante nuestra adolescencia. Sin embargo, como lo dijimos en otra entrada de nuestro blog, es necesario que la persona que tiene este comportamiento sea consciente de que no es correcto y de que lo debe cambiar por su propio bienestar. Si eres víctima de un celotípico y aun así permaneces a su lado, es posible que tu autoestima no esté en su nivel más alto. De hecho, los celos de tu pareja son una forma de violencia que afecta tu autoestima. Recuerda que una relación de pareja saludable debe ofrecerle libertad a los dos que la conforman (YO y TÚ). Cada uno tiene su mundo propio y debe seguir teniéndolo en el marco de la relación. Los celos agreden al celado y no le permiten disfrutar de su mundo y desarrollarse en él. Lamentablemente, los celotípicos pasan frecuentemente de la violencia verbal o simbólica a la violencia física y, en algunos casos extremos, pueden llegar a atentar contra la vida de su pareja. Además de la terapia, desde el primer momento en el que seas víctima de los celos excesivos de tu pareja es necesario que le fijes límites: el otro solo llegará hasta donde tú le permitas llegar. Si le dejas claro que no podrá celarte, vigilarte ni controlarte como él quisiera, es probable que no lo haga y que, incluso, ante la imposibilidad de satisfacer esa necesidad, decida terminar la relación y dejarte tranquila y libre.

El amor neurótico

Este otro tipo de relación tóxica se da cuando tu pareja es perfeccionista y excesivamente exigente contigo. Normalmente es una relación muy complicada de manejar. Además de causarte muchos malestares, puede lesionar seriamente tu autoestima. Los neuróticos son personas que están malhumorados constantemente, con una actitud negativa permanentemente. Critican todo lo que sucede y todo lo que haces o dejas de hacer: palo porque bogas, palo porque no bogas. Los neuróticos, como cualquiera que busca obsesivamente la perfección, termina encontrando la infelicidad permanente. Al exigirte ser perfecta, solo te generan ansiedad, frustración e infelicidad. Los neuróticos no saben gestionar sus emociones, no son capaces de medir sus reacciones y siempre exageran frente a lo que no les gusta o se aleja de su idea de perfección. Puedes reconocer a un neurótico porque en una discusión van subiendo rápidamente el volumen de la voz y tienen expresiones corporales no verbales exageradas. Todo les genera mal genio, descontento y rabia. Normalmente son inflexibles y señalan todo el tiempo, no solo con sus palabras sino con su cuerpo: utilizan con frecuencia el dedo índice para señalar hasta la más pequeña “falta”. Convivir con un neurótico normalmente es convivir con “la luz de la calle y la oscuridad en la casa”, porque son personas que pueden ser amables y encantadores con los demás, pero unos ogros contigo. Los neuróticos se centran en lo negativo y descalifican todo lo que hacen los demás. Como pareja están criticándote todo el tiempo. Su lenguaje está cargado de descalificación y de agresión. Recuerda que uno es lo que piensa. Si todo el tiempo eres negativa terminas siendo infeliz y contaminando a los que te rodean con tu infelicidad. Vivir con un neurótico puede ser un verdadero viacrucis.

¿Qué puedes hacer si estás en una relación neurótica?

Bueno, nuestro primer consejo es que si identificas estos rasgos en tu pareja cuando estás comenzando a conocerlo, lo mejor es que des media vuelta y te alejes de él. Si ya estás comprometida emocionalmente, puedes intentar disminuir el daño que te genera su neurosis poniéndole límites. Debes dejarle claro que tú no eres perfecta y que lo que haces puede ser bueno sin ser perfecto. Tú tienes tu manera de hacer las cosas y no las vas a cambiar para darle gusto a su absurda pretensión de que todo sea perfecto. La terapia también es aconsejable en casos de relaciones neuróticas. A él le hará bien para manejar su neurosis y, a ti, para sanar las heridas que su neurosis te haya podido ocasionar. *** En nuestra siguiente entrada podrás conocer las características de dos tipos más de amores tóxicos: el dominante y el coqueto e infiel. También te aconsejamos manejarlos para que hagan el menor daño posible. Y tú, ¿has estado en una relación tóxica? Cuéntanos qué tuviste que soportar y cómo lo manejaste.  
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