Antes de seguir leyendo este escrito y si te parece, te propongo cerrar tus ojos, preguntarte y buscar dentro de ti: ¿qué entiendes como conflicto?

Esta semana he vivido de diferentes formas esto que interpretamos como conflicto, bueno de hecho trabajo con los conflictos de los demás, pero en estos días también evidencié más claramente conflictos en quienes me rodean, con las personas que amo, en la calle y en mi interior.

El conflicto hace parte de la vida, es más, puedes tener un conflicto todos los días por ejemplo cuando suena el despertador y pensar: ¿me levanto ahora o duermo 5 minutos más?.

Los conflictos en sí mismos son situaciones de la vida en donde hay una diferencia y en las que muchas veces – no siempre- hay que decidir, otras veces entender y otras conciliar. Por ejemplo, «quiero seguir durmiendo, pero me debo levantar».

Hablando de parejas, «¿Qué te puedo decir? «… el conflicto es una parte natural de cualquier relación. Ahora, hay que tener en cuenta que conflicto no es lo mismo que pelear, no es lo mismo que ruptura, no es lo mismo que crisis. En ocasiones, las personas imaginamos el conflicto como una guerra, rivalidad, un combate entre dos bandos y cuando esto pasa, se pierde de vista que en la relación de pareja no hay bandos, no hay competencia, no hay un poder que ejercer porque no hay a quien dominar. La pareja son pares, es una relación horizontal, no solo en la cama, sino en la vida misma, no hay jerarquías.

El conflicto puede ser un desacuerdo en una idea o situación. Pero esto no implica que vaya a existir ruptura o que la relación está en peligro. El conflicto hace parte de la relación de pareja porque los integrantes son diferentes y así funciona, ten presente: «La diferencia enriquece».

Muchas de las crisis de pareja, suceden por evitar el conflicto o por no saber abordarlo o por vivirlos con angustia; en estos casos, con frecuencia se experimenta miedo a la pérdida o al abandono. Se vive el conflicto desde la herida profunda de querer ser aceptado, amado, valorado y querido.

Suelo decir a mis pacientes: reconcíliate con el conflicto; y justamente en ello trabajamos en consulta, en esta reconciliación.

Parte de reconciliarse con los conflictos, es aprender a gestionarlos en la relación para que de una vida llena de experiencias, diferencias, acuerdos, discusiones, molestias y afecto, construyamos relaciones más fortalecidas y saludables.

Ahora bien, cuando la vida en pareja se convierte más en conflictos y un mal manejo de estos, que en conversaciones saludables, corremos el riesgo de desconectarnos emocionalmente de nuestra pareja porque enfocamos nuestro esfuerzo y todo nuestro sistema en el ataque y el estrés.

En este punto y habiendo escrito sobre el conflicto, quiero abordar la segunda parte del título, la conexión emocional. Este punto requiere todo un Blog, pero te resumo que este elemento es una de las variables que hace que el amor y el deseo se mantengan en el tiempo, y por ello veo oportuno hablarlo hoy.

La conexión emocional es poder mantener con el otro momentos de intimidad, disfrute, risa, complicidad; es el placer de estar con el otro, no enfocado en lo erótico si no en lo cotidiano; es el chiste, el disfrute de una caminata juntos, el sacar tiempo para conectar con la diversión de estar en pareja, justo con ese fin…conectar.

Esta conexión emocional hace que las parejas tengan una relación más profunda y significativa en la que ambas personas pueden entenderse (así piensen diferente) y empatizar con los sentimientos y experiencias emocionales del otro, aún cuando sientan, piensen o reaccionen de distinta manera ante la misma situación. Así que es un componente esencial de las relaciones saludables y duraderas.

Si estamos en permanente conflicto, sin resolver y sin comunicar, se nos olvida conectar desde el placer de estar con el otro. Recuerda, una de las fortalezas de las relaciones es la capacidad para mantener o recuperar la conexión y compromiso, incluso en medio de desacuerdos.

Entonces, y para resumir, no puedes evitar que en tu relación exista el conflicto, pero puedes aprender a vivirlo desde la oportunidad de construir. Además, lo que sí pueden evitar es la desconexión emocional. La conexión se ejercita y se puede volver un hábito saludable para estar íntimamente unidos en el disfrute de compartirse.

Te dejo algunas reflexiones que te pueden servir para mantenerse conectados emocionalmente y gestionando los conflictos:

🦋 La comunicación abierta y honesta es clave para resolver conflictos, llegar a acuerdos y vivir momentos plenos de conexión emocional. Para este tipo de comunicación es importante escuchar activamente manteniendo en silencio el dedo señalador-calificador frente a lo que el otro dice y a la vez expresar tus pensamientos, sentimientos y necesidades de manera asertiva.
🦋 Comprensión del otro en su diferencia buscando entender el punto de vista de tu pareja. No se trata de quién tiene razón o quién está equivocado, sino de entender y validar los sentimientos del otro.
🦋 Mostrar empatía y más aún en medio del conflicto, sirve para conectar con el otro. Recuerda que tu pareja también está lidiando con emociones difíciles.
🦋 Tomarse un tiempo para calmarse antes de discutir puede ser útil. No es productivo hablar cuando estamos con las emociones a tope o emocionalmente cargados.
🦋 Rían juntos; las parejas pasan de noviazgos lúdicos a convivencias llenas de obligatoriedad. Si bien es cierto que el ser humano necesita pertenencia, compromiso, seguridad, también necesita diversión, asombro y aventura; entonces, así ya estén en el interior de una relación «segura», llénense de momentos lindos para recordar.
🦋 Aceptar responsabilidades después de un conflicto. Es importante tomar medidas para reconectarse y esto puede implicar por ejemplo disculpas, caricias o pasar tiempo de calidad juntos.
🦋 Tiempo de calidad. Este tiempo donde el contacto visual nos lleve a lo profundo de nuestras almas. En otras palabras, la presencia consciente ante la humanidad del otro. Sugerencia: dejar fuera los celulares de ese momento donde estamos juntos.
🦋 Aceptación mutua. En una relación con una fuerte conexión emocional ambas personas se aceptan y valoran tal como son incluyendo sus emociones y experiencias; lo que nos gusta y lo que no tanto. (Puedes ver el blog ¿Defectos o cualidades? ¿Con qué te quedas a la hora de tener pareja?
🦋 La confianza es un componente esencial de la conexión emocional. Esto significa confiar en que la otra persona estará allí para ti, especialmente en momentos de estrés o dificultad, lo que también podemos llamar: confiar en que tenemos un puerto seguro donde llegar ante los momentos difíciles de la vida. Tranquilidad de ser quien eres sin miedo a ser juzgado o señalado.
🦋 La reciprocidad. Este concepto significa que ambas partes contribuyen y se benefician de la relación.

Para terminar, ten presente la frase de mi colega Dan Wile «El conflicto es inevitable, pero la desconexión no lo es». Aprendan a gestionar los conflictos, siempre los tendrán y vuelvan consciente la conexión; las parejas exitosas son las que aprenden a conectarse de manera premeditada.

Sobre la Autora

LORENA POLANÍA

LORENA POLANÍA

Psicóloga Clínica - Fundadora

Terapeuta individual y de pareja Coautora del Libro: “Dos para Ser Felices” Editorial Grijalbo.
Más Información: lpolper@polperpsicologia.com Tel: +56 933 964 621
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