Muchas veces te puedes ver envuelto en un amor que te atormenta, que crees real y que, a pesar de que te lastima, quedas atrapada en la trampa de sentirte “amado” o necesitado por otra… eso no es más que un amor tóxico. Un amor tóxico es un amor que puede ir en contra de ti mismo. Los amores son tóxicos cuando hay ciertas características de la personalidad del otro que pueden hacerte daño. En esta segunda entrada sobre los amores tóxicos hablamos de los coquetos y los infieles, y los dominantes.

Los coquetos y los infieles

Este tipo de compañeras son los que siempre están mirando a otros con coquetería. La coquetería de tu pareja te hiere, te enoja y te puede generar inseguridad. De hecho, el temor a ser engañado puede convertirte en un celoso. Recuerda que estamos en una sociedad monogámica y exclusivista en la que todos tenemos la expectativa de tener a nuestra pareja solo para nosotros. Cuando tu pareja es coqueta o infiel, te está enviando el mensaje de que tienes que competir por su atención y por su amor. Esta competencia te hiere y lacera tu alma. Te puede llevar a pensar que está buscando algo que no tiene contigo porque tú no se lo puedes ofrecer. Si tu pareja te es infiel en repetidas ocasiones, estás frente a un patrón de comportamiento que, como explicamos en otra entrada, es muy difícil de modificar y corregir. Puede ser muy desgastador, verdaderamente agotador, que te desafíen todo el tiempo a competir emocionalmente.

¿Qué puedes hacer frente a una pareja coqueta o infiel?

Si durante la etapa en la que estás conociendo a tu pareja detectas el patrón de coquetería o incluso de infidelidad, lo mejor es que des media vuelta y te alejes. Recuerda que los patrones son muy difíciles de modificar y que la posibilidad de que tu pareja cambie deje de ser coqueto o infiel es muy, muy baja. Si la infidelidad no es repetida, es decir, no es un patrón sino un episodio excepcional, es posible superar el dolor que eso te genera y arreglar la relación. Para ello puede ser muy útil el acompañamiento de una psicóloga.

Los dominantes

Nuestro último tipo de pareja tóxica está conformada por un compañero dominante. Los dominantes son las personas que quieren que todo se haga a su manera, como ellos dicen que se debe hacer. A diferencia del perfeccionista, normalmente el dominante no utiliza el berrinche para lograr lo que quiere. Los dominantes pueden ser más sutiles y utilizar la persuasión para convencerte siempre de hacer lo que ellos quieren. Una manera de dominar puede ser descalificando lo que haces, como lo haces. Ejercen control sobre ti y establecen en la relación una jerarquía en la que ellos mandan. Terminan convirtiéndose en una especie de “papá” de la pareja. El dominante quiere controlarte no porque desconfíe de ti, como el celoso. Posiblemente el origen de su comportamiento esté en unos padres que fueron excesivamente complacientes y que le permitían que tomara todas las decisiones, que lo dejaban hacer lo que quisiera, como él quisiera, que no le pusieron límites ni condiciones. Otra posible causa de que tu pareja sea un dominante es que ese fue el comportamiento que vio en su casa cuando era niño o adolescente: su padre o su madre imponía sus decisiones sin que hubiera la posibilidad de negociar y acordar algo diferente.

¿Qué hacer frente a una pareja dominante?

Lo más importante es que le fijes límites: que le dejes claro que no siempre vas a hacer lo que él quiere que hagas como él quiere que lo hagas. Si no le fijas límites, el dominante va a pretender modificar aspectos muy tuyos como tu forma de vestir, tu trabajo o cualquier otra actividad que hace parte de tu mundo. *** Cualquiera que sea el tipo de relación tóxica a la que te enfrentes, normalmente tendrás dos opciones:
  1. Terminar la relación y alejarte de la pareja que te está haciendo o que puede llegar a hacerte mucho daño.
  2. Ponerle límites y evitar que siga comportándose de esa manera nociva.
Recuerda que siempre puedes decidir si continúas o no en tu relación actual. Si decides continuar en una relación tóxica estás decidiendo permitir que te hagan daño. Si estas “toxicidades” son patrones, son muy difíciles de modificar. Lo mejor es que desde que empiezas a salir con la otra persona, te des tiempo suficiente de conocerla bien. En últimas, nuestro consejo es “no firmes sin leer ni te cases sin conocer”. Y tú, ¿has estado en una relación tóxica? Cuéntanos qué tuviste que soportar y cómo lo manejaste.

Sobre el Autor

Ps. LORENA POLANÍA

Ps. LORENA POLANÍA

Psicologa Clínica- Fundadora

» Si puedes vivir mejor, si puedes estar en armonía, si puedes encontrar la paz interior, ¿qué esperas para conseguirlo? La vida esta llena de retos y desafíos. En PolPer PBM contamos con profesionales idóneos que te brindan su conocimiento y experiencia para que puedas encararlos y vencerlos para alcanzar lo que deseas» .
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