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El fin de año es una época de fiestas, celebraciones y alegría.

Sin embargo, para algunos de nosotros, esta es la época del año en la que nuestra soledad es más patente y cuelga pesadamente en nuestro estado de ánimo, hasta el punto de convertir este tiempo de fiestas en uno de tristeza, melancolía y desesperanza.

En esta época baja el ritmo de estudio y de trabajo. Los estudiantes están de vacaciones, y en el trabajo hay hay una disminución significativa en el ritmo y en la carga de trabajo.

El fin de año nos ofrece mucho tiempo para pensar y para ponernos en contacto con nuestros sentimientos, los positivos y los negativos.

Los mensajes de los medios de comunicación y del comercio refuerzan la idea de que quien no tiene pareja o no está físicamente con su familia es raro o anormal.

Es la época en la que las personas solteras sienten más intensamente la carencia de pareja y se manifiestan más evidente e intensamente los síntomas de nuestros desequilibrios emocionales.

Desgano, desánimo frecuente, fatiga permanente, mucho o muy poco sueño, falta o exceso de apetito… pueden ser síntomas de los desajustes o desequilibrios de nuestra vida.

Aunque los síntomas más frecuentes y evidentes de nuestro malestar son físicos, las causas están en nuestra mente: son nuestras ideas.

El pensamiento es la base de todo

La estructura de nuestro pensamiento se forma en la infancia y en la adolescencia. En esta estructura se originan nuestras ideas.

Algunas ideas son huellas que marcan nuestra mente, improntas de nuestro inconsciente. Son marcas que forman o deforman nuestra mente.

Hay ideas que son verdaderas cicatrices invisibles que condicionan nuestra manera de pensar, de sentir, de actuar y de reaccionar.

Estos pensamientos intervienen en nuestra manera de entender lo que sucede y determinan nuestra manera de asumirlo y de reaccionar.

Lamentablemente, algunas veces nuestro pensamiento es irracional y no corresponde a la realidad sino a una serie de ideas equivocadas y de prejuicios.

Los pensamientos irracionales distorsionan nuestra percepción de lo que realmente somos y podemos hacer.

Estos pensamientos irracionales deforman las ideas que tenemos sobre nosotros mismos, sobre nuestra vida, y sobre nuestras capacidades y habilidades. Llegan incluso a distorsionar nuestra percepción sobre la realidad, la suerte o el destino.

Muchas veces estos pensamientos se convierten en la certeza de que estamos condenados, por ejemplo, a estar solos.

Aunque los pensamientos irracionales son muy fuertes y están muy profundamente arraigados, se pueden modificar.

Conoce lo que tienes en la cabeza

No podemos cambiar lo que no conocemos, es necesario que conozcamos lo que tenemos en la cabeza.

Lo más importante para cambiar los pensamientos irracionales es identificarlos y descubrir cuál es su origen y cuáles son las causas que los generaron.

Dado que los pensamientos irracionales están almacenados en el inconsciente y el inconsciente es invisible, es necesario utilizar herramientas y ejercicios que nos permitan encontrarlos y entenderlos.

El tiempo libre que podemos tener en esta temporada nos ofrece la oportunidad de ser conscientes de esos pensamientos irracionales y de trabajar en nosotros mismos.

Para corregir nuestros pensamientos irracionales es necesario ser conscientes de ellos, identificarlos, “verlos” y entenderlos.

Un primer paso es identificar sus manifestaciones visibles, sus síntomas. Cada vez que uno se siente mal, es necesario identificar el malestar.

Por ejemplo: “la última vez que sentí desaliento (físico) fue cuando recibí el correo electrónico de la fiesta de fin de año de mi oficina”. En este caso, el correo electrónico es el activador y el desaliento es el síntoma.

El paso siguiente es identificar los pensamientos que surgen con los activadores. Y es entonces cuando normalmente aparece uno o varios pensamientos irracionales que no tienen ningún sustento en la realidad: “yo no le caigo bien a la gente”, “siempre que estoy en un grupo hago el ridículo”, “no soy divertido y aburro a la gente”…

La realidad es nuestra mejor aliada para combatir los pensamientos irracionales

Una vez encontrados los pensamientos irracionales, es necesario contrastarlos con la realidad, con lo que realmente hemos vivido en situaciones similares: “¿realmente no hay nadie a quien yo le caiga bien (aparte de mi mamá, mi abuela y mi gato)?”, “¿es cierto que frecuentemente hago el ridículo?”, “¿siempre aburro a la gente o algunas veces puedo tener una conversación interesante, entretenida y hasta divertida?”.

Si hacemos juiciosamente esta tarea, evitando hacernos trampa a nosotros mismos, seguramente encontraremos en la realidad muchas evidencias que contradicen estas creencias erróneas y que muestran innegablemente lo irracionales que son estos pensamientos.

Muy probablemente encontraremos varias situaciones reales de nuestra propia experiencia que contradigan esos pensamientos irracionales y que nos demuestren contundente e irrefutablemente lo equivocadas que han sido nuestras ideas.

En nuestra mente no puede haber dos pensamientos de manera simultánea: no podemos pensar dos cosas al mismo tiempo.

No podemos tener un pensamiento racional y uno irracional sobre lo mismo y en el mismo instante.

En nuestro ejemplo, no podemos pensar que en las reuniones sociales somos aburridos y que somos divertidos.

Solo basta darnos la oportunidad de aceptar la evidencia que nos provee la realidad para cambiar e incluso eliminar nuestros pensamientos irracionales.

Un nuevo año, un nuevo comienzo

Recordemos que la base de lo que somos y hacemos está formada por nuestros pensamientos

Esos pensamientos no siempre corresponden a la realidad y pueden ser irracionales.

Aunque no es fácil sí es posible identificar el malestar, encontrar los pensamientos irracionales que lo activan, y encontrar y aceptar la evidencia de que esas ideas son erróneas.

Este proceso requiere esfuerzo, constancia y, algunas veces, el acompañamiento y la guía de una profesional.

La terapia psicológica es una herramienta muy valiosa para cambiar nuestros pensamientos irracionales y todo el comportamiento que se deriva de ellos.

¡Feliz navidad y próspero año nuevo!

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Acerca del Autor

LORENA POLANÍA PÉREZPsicóloga Clínica. Terapeuta de pareja.Coautora del Libro “Dos para Ser Felices” Editorial Grijalbo.

Más Información:info@polperpsicologia.comTel: +57 300 217 5207

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