Hace un tiempo, escribí sobre el amor en la edad adulta, sobre esas nuevas sensaciones y sobre la importancia de darnos esa oportunidad de volver a querer a alguien. También reflexioné sobre la gran diferencia entre estar enamorado a los 20 o a los 30 años y sobre la madurez con que se asume el amor después de pasar la barrera de los 55 años.
Hoy quiero contarles que el corazón enamorado sigue siendo el mismo, que este corazón entrega, espera, se rinde y es vulnerable. No todas las personas vibran en tu misma frecuencia. La tarea es trabajar constantemente en no esperar, en no poner tantas ilusiones y en saber detectar cuándo estás en el lugar equivocado.
No debemos ignorar las banderas rojas de las cuales tanto oímos hablar. Hay señales que no se deben maquillar.
Hacer caso al instinto es vital, él es un gran maestro que sabe lo que nos conviene. Conéctate siempre con tus NO NEGOCIABLES. Reconoce primero lo que te mereces y mira siempre hacia arriba, no te conformes con menos de lo que sabes que quieres. Eleva tu valor. Lo que es escaso es más valioso. No estés siempre en modo disponible, no estés en modo complaciente, mira dentro de ti y pregúntate:
- ¿Estoy cediendo demasiado?
- ¿Me están valorando?
- ¿Estoy aceptando algo en contra de lo que yo valgo?
- ¿Cómo me trata el otro?
- ¿Respeta mis tiempos, mis gustos?
- ¿Es invasivo?
- ¿Está dispuesto a hablar, a hacer acuerdos?
- ¿Está realmente conectado emocionalmente conmigo?
- ¿Le interesa que yo esté bien?
- ¿Busca sólo complacerse a sí mismo, busca su placer y su bienestar personal únicamente?
Nuestro tiempo es muy valioso para desperdiciarlo pensando en que debemos adaptarnos a alguien que realmente está desconectado emocionalmente.
En este momento transito en exorcizar los demonios que en mi mente ha dejado el apego. Transito en soltar. No es fácil, para nada. Aun así, la vida y el tiempo traerán sus respuestas.
Todo lo anterior lo voy logrando con la ayuda de mi terapeuta. La explicación en mí misma se va produciendo gracias a un apoyo constante y gracias a que me he propuesto escribir, indagar, tomar consciencia y adentrarme en el maravilloso mundo de reconocerme y conocerme cada día más.
Les animo a todos a realizar este maravilloso proceso que te ayuda a mirarte en el espejo de tu yo interior y validar cada día tus sentimientos y emociones.
Sobre el Autor
LINA PRIETO
Comunicadora Social y Empresaria
Me parece un tema sumamente interesante.
Gracias
Muy buena reflexión de Lina sobre todo que invita a pensar y reflexionar sobre un tema muy interesante para aquellos que por múltiples razones hemos llegado a una edad adulta y hemos perdido la pareja por muerte de ella.Quiza queda uno marcado con sellos intangibles que conducen a ser muy selectivo para iniciar una nueva relación en el ocaso de la vida.Lo bueno de todo es que siempre habrá esperanza para que el corazón vuelva a amar sin miedos ni comparaciones ya que perder la pareja por muerte en la edad adulta es una situación que requiere de sanación espiritual y corporal para abrirse a nuevas posibilidades porque el amor es la mejor medicina.