La semana pasada escribí sobre el duelo emocional y algunas precisiones de cómo una situación dolorosa es una oportunidad. Esta semana te traigo algunas sugerencias que te pueden ayudar si estas atravesando por una situación como esta.

Lo que mejor queda de las relaciones que terminan, es saber qué no quieres repetir en las siguientes, por eso vivir el duelo de una manera sana, sacará el mayor provecho a tu aprendizaje.

Cuanto pueda durar un duelo dependerá de varios factores, todos somos diferentes y como haya sido la experiencia de la ruptura, como se vive la pérdida, la seguridad en mism@, pueden ser determinantes en el tiempo que tomará recuperarse.

El dicho “un clavo saca otro clavo”, le hace profundo daño al crecimiento y evolución que produce una ruptura bien llevada. Los duelos deben vivirse, experimentarse, transitarse con conciencia para generar las reflexiones necesarios. Por tal razón, involucrarte con alguien antes de que puedas desarrollar el duelo, lo único que ocasionará es seguir cavando un hoyo profundo del vacío que se está sintiendo. No puedes llenar un vacío interior con algo externo, la única forma es llenarlo con amor propio y encontrándole sentido a la pérdida.

El amor genera sensación de seguridad y al experimentar una ruptura, lo que interpreta tu cerebro es que estás en peligro. Se activan todas las alarmas y heridas de la infancia en donde el abandono representa una gran amenaza. Como te exponía en la entrada del blog de la semana pasada, aceptar las emociones es sano, entonces, llora… permítete estar triste.

Los recuerdos van a estar, sin embargo, en lo que hay que poner atención es en direccionarlos de manera acertada de tal manera que no te centres en anhelar lo vivido sino en resignificar la experiencia para aprender; usualmente este proceso necesita de un acompañamiento profesional cuando ha pasado un tiempo y el duelo está interfiriendo en la vida cotidiana; acudir a este acompañamiento sin duda puede ayudarte.

A continuación te presento algunas recomendaciones que pudieran ayudarte en proceso de duelo:

1. Tómate un día libre, una especie de incapacidad afectiva.
2. Comparte tus sentimientos con personas de confianza, no te guardes las emociones y pensamientos.
3. Pide ayuda, apóyate en tu red de de amigas o amigos, acude a tu familia.
4. Escribe sobre tus emociones, miedos e incertidumbres, escribir es sanador.
5. Reencuéntrate contigo mismo, recuerda cuáles son tus intereses y retoma las actividades que habías abandonado.
6. Aléjate de las redes sociales, es necesario desintoxicarte, es importante tomar distancia para que tus emociones se regulen.
7. Cambia rutinas que hacías con tu expareja.
8. Conoce nuevas personas, aprende algo nuevo. Te puede interesar la entrada del blog de hace unas semanas.
9. Si tienes ganas de buscar o escribir a tu ex, te recomiendo que escribas una carta, un mensaje, pero no lo envíes de inmediato, espera una hora o dos y vuélvelo a leer cuando tu emoción, cuando lo que sentías al querer escribirle haya cambiado, y ahora sí decide si es oportuno enviarlo o no.
10. Realiza un ritual de separación. Somos seres sociales que hemos vinculado los rituales a los comienzos y los finales de algo, sin embargo, en los duelos emocionales esto No existe; entonces busca una actividad que te permita de manera simbólica ir soltando, por ejemplo píntate el pelo, guarda fotos y regalos, escribe poemas, pinta cuando estés en el estado de dolor, escribe una carta y quémala, etc.; dale un significado al ritual y tu mente lo irá asimilando.
11. Vuelve consciente tus pensamientos. La salud mental se fundamenta en el principio de aceptar la realidad. Por esta razón, es importante vigilar lo que piensas, empezar a hacer una higiene mental de lo que representa un pensamiento negativo, limitante o distorsionado, esto te acercará a la realidad y a vivir tu presente desde la posibilidad.
12. Busca ayuda profesional si sientes que la situación te sobrepasa.

Las rupturas amorosas sin duda representan un momento desafiante en la vida de las personas, los aprendizajes son diversos y más allá de ser un estado que se dé por una relación afectiva, lo que nos deja es un profundo crecimiento personal.

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