Para algunos adultos puede resultar incómodo hablar de sexualidad con sus hijos e hijas. En las charlas y talleres que hago sobre sexualidad surgen muchas preguntas:
• ¿Cuál será la edad indicada para empezar hablar de sexo con nuestros hijos e hijas?
• ¿Hay que esperar a que pregunten o hay que anticiparse?
• ¿Hasta dónde hay que decir? 
• ¿Si hablo antes de lo indicado, los induzco a temas que no están preparados? 

Y bueno, es que con el tema de la sexualidad no podemos delegarles esa labor a terceros o dejarla solamente a los colegios, ya que con el ejemplo estamos educando.

Como adultos es importante aprender que la educación en sexualidad es un área que en el día a día vamos transmitiendo a nuestros hijos e hijas, con actitudes, pensamientos, comentarios o incluso con lo que no hacemos.

Formar en sexualidad consciente, responsable e integral no es como sentarse con tu hijo a resolver un problema de matemáticas o a grabarse conceptos de historia o literatura. 

En mis acercamientos con padres y maestros, les pregunto cómo fueron sus experiencias con el tema de educación sexual cuando eran niños, niñas o adolescentes y en la mayoría de los casos esta educación fue pobre, usualmente acompañada por silencios o relatos de experiencias de amigos o amigas, generando más dudas y reforzados mitos.

En algunos casos hubo una mínima intervención de los colegios y un porcentaje muy bajo, comentan que era un tema del que se hablaba en casa con tranquilidad. 

En la actualidad hay un discurso más abierto sobre temas como el aborto, la planificación familiar, el abuso, el sexting, la diversidad sexual, las prácticas sexuales y las fantasías. Sin embargo, algunos de estos temas pretendemos abordarlos cuando nuestros hijos e hijas han pasado la frontera de la adolescencia. 

No te estoy diciendo que hables de aborto con tu hija o hijo de 4 años o que enseñes a poner un condón a las 5. 

Los niños, las niñas, los y las adolescentes, tienen un gran desafío en la actualidad.

El acceso a la información, lo que se hace por la curiosidad (característica del ser humano en sus procesos de aprendizaje, desde que nace hasta que muere) deriva a en que estén expuestos a información o a contenidos que, en lugar de educar, distorsionan lo que terminan creyendo o esperando de su sexualidad.  

Te invito a que entres a internet, busca la palabra sexualidad… bueno yo lo hice y en 0,78 segundos la red me arrojó 557.000 resultados, ahora que pasa si busco:

• ¿Cuándo empezar mi vida sexual?
• ¿Es bueno usar cordón?
• ¿Cómo tener relaciones sexuales?
• ¿Cómo se si soy gay o lesbiana?

Estas son solo 3 de cientos de preguntas que los jóvenes buscan en internet ante la curiosidad y la vergüenza de hablarlo con un adulto. (Seguramente en otra entrada del blog les compartiré cuales son las preguntas que más me hacen los jóvenes sobre sexualidad)

Cuando hablo con jóvenes en los talleres me siguen afirmando que la mejor forma de salir de dudas es buscar por internet. Ahora, pregunto: ¿así es que quieres que tus hijos se informen? 

Seguramente si los jóvenes y las jóvenes son buenos buscadores en la red, encontrarán información que pueda aportar, pero en este camino seguro encontrarán contenido muy contradictorio. Lo realmente importante es lo referente a los valores, las formas de autoprotección, en resumen, todo lo que realmente hace parte de la sexualidad.

Lo que quiero trasmitir es que en un mundo que exige conciencia, la respuesta puede estar en una postura de padres involucrados, empoderados con el tema, que primero resuelven sus temores, se educan así mismos y forman desde el ejemplo a sus hijos e hijas.

Hay una creencia respecto a la educación sexual y es que cuando educamos en sexualidad, vamos hablar del acto sexual, de la genitalidad, de la orientación sexual, de las prácticas sexuales o de cómo cuidarse de un embarazo.  Y aunque esos temas hacen parte de la educación sexual y de la sexualidad como tal, no es lo único que la compone.

La sexualidad es un área que nos atraviesa por completo a todas las personas y que se acompaña con creencias, experiencias, emociones, sentimientos, etc.

Mi principal objetivo, cada vez que trabajo con padres, es confrontarlos frente a ellos mismos, motivarlos a una clarificación personal que los cuestione frente a cuál es la mochila que cargan, que los remueve y que los toca en el tema de sexualidad, cuáles son sus emociones, sus pensamientos. Una vez hecho esto, serán más conscientes de como educar en sexualidad a sus hijos desde que salen del vientre.

Esta reflexión no los llevará a que dejen de lado la inseguridad o las emociones frente a la sexualidad, pero sí podrán hablar con sus hijos desde la conciencia, asumiendo que no tienen que saberlo todo, pero que junto a ellos podrán acompañar a encontrar las respuestas, partiendo desde la confianza y el autocuidado. 

Te comparto tres preguntas que me hicieron en un colegio para su periódico mensual.

1. ¿Por qué es importante hablar sobre educación sexual con nuestros hijos desde pequeños?  
Somos seres sexuales, dinámicos que vivimos la sexualidad desde nuestra concepción. La sexualidad incluye procesos biológicos, emocionales y sociales. Sin embargo, a pesar de ser un tema y un área fundamental de nuestra vida, la sexualidad históricamente ha estado detrás de un velo de temor, desconocimiento, mitos y tabúes. Hablar con nuestros hijos desde pequeños de temas relacionados con la sexualidad ayudará a fortalecer su autoestima, ya que estaremos trasmitiendo la importancia del cuerpo, el reconocimiento de las emociones y a su vez serviremos de modelos de comunicación y confianza. Hablar de sexualidad con los hijos, es reconocerlos como seres sexuales y curiosos que tendrán dudas y que como padres podremos trasmitirles las respuestas oportunas a sus cuestionamientos, convirtiendo la experiencia de la sexualidad en algo natural, agradable y no algo tosco, agresivo, impactante o temeroso, lo cual se puede trasmitir a través de informaciones distorsionadas en las REDES o Internet.
Hablar con nuestros hijos de sexualidad es un acto de amor y sana protección. Si les hablamos claro desde pequeños, podremos trasmitirles herramientas de autocuidado y seguiremos invirtiendo en confianza.

2. ¿Dentro de este contexto, ¿cuáles son los temas que más deben conocerse o hablarse entre padres e hijos?     
La experiencia de educar en sexualidad va más allá del diálogo, que sin duda es importante, pero no es lo único a tener en cuenta. El mensaje por medio de las palabras que les decimos a nuestros hijos solo genera un impacto del 5% en su aprendizaje. Es la articulación y coherencia del mensaje con nuestro ejemplo, con nuestras actitudes y comportamiento, el que fortalece e instaura eso que decimos con palabras. Teniendo en cuenta este enfoque, de decir y de hacer, eduquemos en: 
Equidad, amor propio, emociones, autocuidado, limites, autoexploración, cambios físicos, planificación, relaciones sexuales, reproducción, noviazgo, relaciones afectivas sanas, responsabilidad emocional, derechos, consentimiento.

Es importante como adultos y padres, formarnos, leer sobre los procesos y la edad en la que están nuestros hijos y de esta manera contar con mejores herramientas para transmitirles un mensaje claro y adecuado.

3. ¿Cuáles son los riegos de no hablar sobre estos temas? 
El ser humano es curioso por naturaleza y los niños en sus procesos de aprendizaje y desarrollo aún más; por tal motivo cuando ellos viven este desarrollo psicosexual el cual está en cada una de las etapas, buscarán las respuestas a sus preguntas. Si desde pequeños les enseñamos a acudir a nosotros, mostrando una actitud dispuesta, tranquila y espontánea, podremos ser la primera fuente a la que ellos acudan cuando tengan algún cuestionamiento y de esta manera nos podremos asegurar de que la primera aproximación e información que reciben es la que como padres trasmitimos con amor y responsabilidad.

Es importante tener en cuenta que ellos buscarán respuestas, se las demos o no. Si fomentamos esas conversaciones, cuando llegue otro tipo de información tendrán la capacidad de reflexionar y tener una postura crítica frente a las situaciones, contenido de internet o en la interacción con sus parejas. 

Cuando NO hablamos de estos temas con nuestros hijos, seguimos enviando el mensaje de que la sexualidad es un tema tabú, que hay algo nocivo, peligroso, malo detrás de este tema y este mensaje puede ser una interferencia en el futuro para la libre experiencia erótica y de placer. 
Así mismo, si las conversaciones en sexualidad se hacen desde que son muy pequeños, los hacemos menos vulnerables al abuso sexual, al acoso y a la presión de grupo, transmitiendo herramientas de autocuidado, establecimiento de límites y comunicación. 

Hablando de sexualidad con nuestros hijos fomentamos las relaciones saludables, el pensamiento crítico, la confianza y el vínculo con ellos se fortalecerá.

Ten en cuenta!

Este escrito es solo la primera de muchas entradas de blog sobre sexualidad. En las siguientes podrás encontrar, puntos a tener en cuenta para hablar con los hijos, temas de actualidad como el aborto, la identidad sexual, prácticas sexuales, fantasías entre otros.
Te invito a estar pendiente del contenido que comparto.

Y ten presente NO se necesita ser un experto, a veces sólo hace falta escuchar.

Sobre la Autora

LORENA POLANÍA

LORENA POLANÍA

Psicóloga Clínica - Fundadora

Terapeuta individual y de pareja

Coautora del Libro:
Dos para Ser Felices
Editorial Grijalbo.

Más Información:
lpolper@polperpsicologia.com
Tel: +56 933 964 621

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