Dar gracias es parte de lo que me enseñaron cuando era niña; para mi estaba unido a un concepto de educación y respeto.

Con el tiempo fui conociendo personas que me mostraron que dar gracias era más que la palabra en sí o una acción de etiqueta; fui entendiendo y viviendo la gratitud como algo más profundo, fui dándole forma y sentido, interpretándola como una forma de vivir.

He experimentado gratitud incluso en momentos en donde difícilmente hubiera podido pensar que la sentiría; y sin duda, vivir en gratitud hace que las situaciones más difíciles y dolorosas se transiten de una manera diferente.

Entender porqué la gratitud es más que decir gracias, es uno de los objetivos de esta publicación, por lo cual iré contándote ciertos datos que pueden interesarte.

Se ha estudiado mucho el cerebro y los efectos de lo que pasa en la química de nuestro cuerpo cuando experimentamos la gratitud.

Cuando agradecemos, se estimula el hipotálamo y de esta manera nuestro cerebro empieza a segregar dopamina -sustancia que se relaciona con el placer-, y a disminuir la producción de cortisol -sustancia asociada al estrés-. Esta combinación de aumento en la dopamina y disminución en el cortisol nos lleva a una receta maravillosa donde estarán presentes la vitalidad, el bienestar y el placer; como consecuencia, nos sentiremos felices.

Algunos estudios también mencionan que la gratitud modifica la estructura molecular del cerebro ya que contribuye a que la materia gris aumente su rendimiento, mejorando con ello nuestra salud física y mental.

Adoptar la gratitud como un hábito remodelará tus vías neuronales, lo que te permitirá pensar de manera positiva, ser más resiliente y hacerte más responsable de tus emociones. Es más, en un estudio realizado en la Universidad de Harvard encontraron que cuando escribes razones por las que estás agradecido o las verbalizas, se reduce notablemente el estrés, el cerebro mejora el dormir y el apetito, activando así tu metabolismo.

Según estos hallazgos, la gratitud en el día a día es un cincel para el cerebro, pues puede remodelar las vías neuronales y reconectar este órgano para que piense desde las posibilidades y no desde las limitaciones, provocando a su vez un aumento positivo en el manejo de situaciones desafiantes y difíciles. La gratitud es tan sanadora que puede disminuir hasta el dolor físico!.

Por tanto, y como ya te lo he mencionado, entrenar el cerebro para estar en gratitud, ayuda significativamente a manejar las emociones negativas, en especial una que para mi es vacía y sin propósito: LA CULPA; esta emoción no tiene ninguna función adaptativa para el ser humano, por el contrario la culpa sólo lleva al castigo y no a la construcción.

Sin duda la gente agradecida puede ser más empática y amable.

Ahora bien, ya te he hablado de cómo la gratitud tiene varios efectos en el organismo, en este momento quiero compartirte 3 formas de estimular la gratitud en tu vida. Son nuevos hábitos que poco a poco puedes ir incorporando para que se vuelvan parte de tu cotidianidad y así, de esta manera, lograr que tu vibra esté arriba la mayor parte del tiempo:

1. Al despertar, cuando inicia tu día, tu mente está abierta y dispuesta a toda la información que quieras darle; pero también está llena de información poco útil o negativa que puedes descargar, soltar o eliminar con un ejercicio súper fácil, se llama páginas matutinas. Este ejercicio lo describe Julia Cameron en su libro El Camino del Artista; es un ejercicio que debes realizar en cuanto te despiertes y consiste en escribir en 3 páginas todo lo que va saliendo de tu mente con o sin coherenecia; no debes pensar, sólo debes escribir lo que viene a ti y dejarte llevar por tu mano. Es un ejercicio que estimula tu creatividad, te descarga de lo negativo y te dispone a llenarte de agradecimiento. Practícalo todos los días y verás los resultados.
2. Al igual que en las mañanas, en las noches tu mente está abierta para llenarla de información. Un excelente ejercicio es llevar un diario de agradecimiento en el que puedes anotar todo aquello por lo que estás agradecido cuando termina el día. Escribir es sanador y hacerlo sobre lo que agradeces potencializa tu mente. Mi recomendación es que elijas un tema en especial por el que te sientas agradecido; hacer una lista diaria de tooodas las cosas, de seguro te llevará a la monotonía, mientras que escribir de un tema en particular imprimirá consistencia al ejercicio.
3. Practica el dar las GRACIAS. Detente un momento y piensa en todas las personas que a diario puedes agradecer; hazlo desde la concienica, no mecánicamente. Agradece sonrisas, o que te sostengan una puerta, o que trabajen a tu lado, o que te escuchen, o que pidan tu opinión, o compartir un almuerzo, o que te cuenten algo, o que te preparen un café, o lo que sea!.

Volvamos el agradecimiento un hábito para la vida que le ayuda a tu cerebro, a tu salud mental, a tus relaciones, a los que te rodean y al mundo en general!

Ten presente, LA GRATITUD te ayudará a estar en un estado emocional positivo.

GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS POR EL LEER ESTA ENTRADA DEL BLOG de PolPer, por permitirme llegar a ti con algunas de las recomendaciones que hago a mis pacientes y sobre todo darle sentido a mi tarea de escribir para sanar y acompañar a otros.

Sobre la Autora

LORENA POLANÍA

LORENA POLANÍA

Psicóloga Clínica - Fundadora

Terapeuta individual y de pareja

Coautora del Libro:
Dos para Ser Felices
Editorial Grijalbo.

Más Información:
lpolper@polperpsicologia.com
Tel: +56 933 964 621

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